Aristegui, Pilar de: Ultramar.

La autora, conocida por otras publicaciones, recrea parte de la historia de España, y en particular en México, haciendo girar su relato sobre dos personajes de ficción: Iñigo Vidaurre y Micaela Vallesteros. Iñigo es militar y participó en la batalla de Argel, en la que Carlos I en 1541 fracasa en su intento de conquistar la plaza a las tropas turcas. Micaela es oriunda de Toledo y orfebre de profesión. El relato discurre entre el siglo XVI. Por razones diversas, el matrimonio formado por Iñigo y Micaela con sus hijos Diego y Teresa se traslada a vivir a México, con la misión del primero de asentar allí la organización de ese espacio colonial mientras Micaela buscará la forma de realizar una obra de arte usando una esmeralda de gran valor. Los sucesos de la década anterior a la de 1540 están bosquejados lo suficiente como para que el lector tenga una visión de la época en la que se ambienta el relato. En México vivirán las tensiones entre la población indígena y los colonos, así como la notable labor cultural, religiosa, educativa, etc., que se lleva a cabo. Serán los años en los que llegarán noticias de nuevos descubrimientos y conquistas en América del Sur, el descubrimiento de las claves para convertir en una ruta segura el viaje entre esa parte de América y Filipinas gracias a la labor de Legazpi y Urdaneta, los intentos de los corsarios ingleses por atacar puertos españoles de América, etc. Sin negar las miserias personas y las colectivamente admitidas como normales, Arístegui destaca los valores positivos de muy diversos ámbitos que concurren en la presencia española en esas tierras. La figura de Hernán Cortés y de sus hijos, la del eclesiástico Juan de Zumárraga, la devoción creciente a la Virgen de Guadalupe, junto con lances militares y amorosos, personas ruines y auténticos héroes, conviven en ese abigarrado mundo gobernado en sus grandes líneas desde España pero a semanas de distancia en barco. La autora armoniza bien los hechos históricos y los novelados; además al final del libro señala con claridad los personajes reales y de ficción así como las fuentes que utiliza para elaborar este relato amable, en el que además de lo indiciado reivindica el papel de la mujer en un campo que ya abordó en su novela La Roldana, el arte.